Necesitaremos:
- Una patata mediana-grande por persona (sin pelar, pero lavada)
- Un diente de ajo o dos, según la cantidad de patatas
- Mantequilla
- Aceite
- Pimienta y Sal al gusto
- Pre-calentamos el horno a 220˚C.
- Ponemos las patatas sobre la tabla de cortar, con uno de los lados planos apoyados sobre la tabla.
- Y cortamos las patatas, empezando desde un extremo, en finas laminas de 2-3 mm, sin llegar a cortar del todo, dejando unidas las laminas unas a otras. (Como podéis ver, a mí se me fue el cuchillo en un par de ocasiones y por este motivo se me separaron al manipularlas después de asarlas)
- Llevar las patatas a una bandeja del horno o cazuela de barro para horno e introduce unas finas láminas de ajo en algunos de los cortes.
- Ahora colocamos un poco de mantequilla sobre cada patata (mas o menos una cucharadita, según guste) y la extendemos con las manos sobre las mismas.
- Rociar con aceite de oliva, sal y pimienta molida sobre las patatas.
- Hornear durante 40 minutos o hasta que estén crujientes y doradas por fuera.
El resultado son unas patatas tipo chips, asadas, con una textura crujiente en el exterior y muy tierna por dentro. Con un fantástico sabor, aportado por el ajo y la mantequilla.
Y ahora a disfrutarlas acompañando un buen filete de ternera, unas costillas de cordero o un buen lomo de Atún.
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