Estos días navideños en los que vamos de aquí para allá, casi sin rumbo, a la búsqueda de lo que traerán Papa Noél y los Reyes Magos, tengo además la tarea desde este año de elaborar la tarta de cumpleaños de mis hijas, y como Violeta cumple los años el día 25, la tarea se vuelve algo complicada. Si, porque ya no es el hecho de hacer una Tarta, sino que tengo que hacer dos, una para casa de Gemma y otra para casa de mi madre.
Esta primera vez lo he salvado con dos Layer Cakes distintos y una decoración compartida. Hay que reciclar, pero ademas las tartas tienen que ser lo bastante parecidas, no queremos que se enfaden ni la madre ni la suegra, Dios me libre de semejante osadía. En fin, que el reto no era nada fácil, pero visto el resultado y habiendo recibido la aprobación de ambas casas..., si, creo que he salido bien... por esta vez. Las expectativas para las siguientes han quedado muy altas.
La temática que escogí fue el ballet, una de las grandes pasiones de Violeta. Bueno y de su madre que se le cae la baba cuando la ve bailar y cuando la ve vestida con el maillot de ballet. A mi también se me cae la baba, que conste, pero, ¡a que padre no le pasa lo mismo!.